Os vamos a contar toda la historia de este caso de éxito, desde el inicio hasta el final, con todos los detalles del proyecto y todos los por menores de la ejecución material de las obras.
Todo comienza en BNP Paribas RE como empresa encargada de la búsqueda de un espacio acorde a las necesidades del cliente. El espacio seleccionado se encontraba en el nuevo edificio, propiedad de Torre Rioja, en la calle Valentín Beato, 21 de Madrid, en pleno MADBIT. La apuesta fue ocupar 6.000 m² en dos plantas de este maravilloso inmueble de oficinas con certificación BREEAM, donde albergar unas 500 personas aproximadamente de toda la plantilla.
La confianza generada por BNP Paribas RE hizo que su equipo técnico fuera seleccionado por Grupo Anaya para la elaboración del Proyecto y el Project Management. Para ello, contaron con la colaboración de Carlos Manzano Arquitectos, licitando una obra que finalmente se nos fue adjudicada como contratista general a FLULLE, encargándonos de la totalidad de las actividades de obra civil, instalaciones, acabados, incluso el mobiliario.
El proceso de diseño que se ha seguido para dar forma a la nueva sede del Grupo Anaya en España podría compararse con el de escribir un libro: se han analizado los personajes que constituían los distintos equipos, se ha organizado la planta por capítulos de trabajo a los que se ha dotado de una estructura que diera soporte a esas zonas y se han incorporado zonas comunes como tramas que unen todos estos elementos.
La zonificación sigue un esquema racional que tiene en cuenta los condicionantes del edificio; es decir, los niveles de iluminación, las circulaciones y los accesos, su trama estructural y modulación así como los niveles de ruido generados por las actividades de sus empleados.
La distribución de la oficina se basa principalmente en la ubicación en el perímetro de fachada de espacios abiertos de trabajo más permanente frente a los espacios cerrados cuyo uso es puntual junto a patios interiores. Los primeros dan soporte al trabajo individual y la colaboración informal, y los segundos acogen las salas de reuniones y las zonas de soporte.
Las áreas abiertas de trabajo se ubican junto a la fachada lo que garantiza el acceso a la iluminación natural y el contacto visual con el exterior mejorando el bienestar de los empleados que ocupan puestos de manera más permanente.
Los espacios colaborativos cerrados con salas de reuniones de distintos tamaños, think-tanks para trabajar de forma rápida en pequeños grupos, phone-booths para llamadas o reuniones online… se ubican junto a los patios interiores creando distintos núcleos que toman forma de cajas.
Los lugares de interacción entre los que se ha previsto un espacio central de encuentro a mayor escala por planta y un espacio de menor tamaño por zona en torno a los coffee corners se ubican junto a la entrada principal y los núcleos verticales de comunicación secundarios.
Algo que se quería evitar era la visión de un mar de puestos de trabajo. Esto se consiguió con la disposición y distribución de mesas rotadas, rompiendo la marcada geometría de la disposición de bench y la propia morfología de la planta del edificio, la presencia de estanterías/filtro y la inclusión de un número limitado de mesas altas junto a las mesas de trabajo para promover una colaboración rápida y espontanea. Se ha concebido un diseño de mobiliario a medida que junto a una serie de estanterías metálicas ordenan el espacio. Junto a ellas se ubican los puestos de trabajo ya sea en bench o en puestos diferenciados exentos para los directores. También se han diseñado tres tipos de mesas altas que se incorporan a la zona abierta con el fin de posibilitar una reunión rápida junto a las áreas de trabajo.
El punto de partida de la materialidad del proyecto fue el propio edificio por sus acabados de paramentos verticales y horizontales interiores, así como de su muro cortina en fachada: A partir de ahí, se apostó por tonos neutros en grises introduciendo notas de color combinadas con la calidez de la madera y elementos de alta absorción acústica. El uso de materiales se ha pensado como una herramienta destinada a zonificar o diferenciar ciertas áreas de la oficina evitando la monotonía. Los núcleos de salas se conciben como cajas: las cajas revestidas en lamas de madera recogen las salas de mayor capacidad mientras que las cubiertas con un panelado negro incluyen espacios de reunión de menor tamaño y los coffee corners. En el interior de estas zonas colaborativas cerradas se utilizan tonos azules verdosos mientras que en los espacios colaborativos informales abiertos se opta por el uso de tonos naranjas que permiten ubicar rápidamente esos puntos informales con notas de color que resaltan entre las zonas de trabajo abierto.
Respecto a la implantación de este espacio, hubo algunos problemas dignos de mencionar. El edificio no estaba finalizado, estaba en fase final de construcción, de tal forma que tuvimos que lidiar con este condicionante que nos hizo más complicada la gestión y organización de la ejecución de las obras. Empezamos a primeros de agosto y finalizamos a final del diciembre de 2022; permitiendo el traslado a primeros de enero 2023, cuestión vital para el cliente. Cumplimos.
Seguimos para poder contaros más casos de éxito como este. Orgullosos de haber ayudado a Grupo Anaya a conseguir un espacio fantástico en el que desarrollar su normal actividad, y donde proyectarse para alcanzar sus objetivos corporativos.
Siempre #flexiblesallimite